Soy lo peor que te pasó, soy tu pesadilla hecha canción, soy el príncipe y la bestia, bailando un vals con tu tonto corazón







Si hay algo que me gusta, es verte sonreír, pero si hay algo que me encanta, es que sea
para mí


...Creo en tu sonrisa, creo en mí si te veo hoy y me pedís que no me rinda, sigo por vos...

Gracias por cada sonrisa
Bueno, como ya te dije, no me alcanzan los 140 caracteres del Twitter para escribirte el mínimo texto que te merecés, y ya que te mantenés tan reacia a usar el Facebook, acá estoy, estrenando este blog cuasi-enfermizo que me dispongo a ir haciendo crecer día a día. Y es que justamente así vos te fuiste haciendo importante en mi vida: de a poquito, paso a paso, día a día. ¿Hace ya tanto tiempo nos conocemos? No, no puede ser, si hace apenas 3 años estábamos cada uno egresando de nuestros colegios, sin idea alguna de la gente que íbamos a conocer... Y sin que nos importara demasiado, tampoco. Llegó aquel verano 2009 y la señorita Leticia me hizo prometer que iba a ir a visitarla los días viernes. Y no me gusta faltar a mis promesas, así que allí estuve, a mi primera oportunidad. Al principio, solo con los chicos y Lety. Luego, por la magia de las redes sociales (dígase Fotolog) conocí a la señorita Milagros. Después Flor, Aldi, Mell, Mar... Pero vos no estabas por ningún lado. Y un día, quién sabe bien porqué, apareciste entre mi lista de contactos del MSN. Saludo va, saludo viene, era el primer día que hablábamos y ya nos cagábamos de risa de la sarta de pelotudeces que decíamos. Reímos tanto que casi parecía cosa de todos los días... Y así fue. Día tras día me otorgaste tus risas detrás de aquel monitor que descansa en tu hogar. Y sí, ya sabía quién eras: eras Sofía, Sofi, Chofis, Ana, la Emperatriz (¡qué recuerdos!), o simplemente, otra gran amiga. Y antes de que nos diéramos cuenta el tiempo se nos había escurrido entre los brazos y el verano llegó, y junto a él, un nuevo año. Un año lento en comparación a los demás. Un año de cambios. Un año de conflictos y confusiones, verdades e historias. ¿Mitad de año? ¿Ya? "Me estás jodieeeendo" No, no te jodo, antes de darnos cuenta, sabíamos más el uno del otro que nuestras propias sombras. Charlas extensas, interminables e ininterrumpidas dieron lugar a todo tipo de temas: religión, política, comida, juegos, informática, chistes, historia, etcétera, etcétera, etcétera. Y después, cual niño aburrido, soplé sobre esa casa de ladrillos que habíamos construido... Solamente para después detonarla con toneladas de explosivos. Y mierda si habrémos volado. Si, fisiológicamente tengo un hueco en el corazón, pero el verdadero hueco fueron todos esos días en que me empeciné en negarme a tu risa sanadora, a tu cálida mirada y a tu voz de sirena. No voy a negar que hemos tenido un pasado nefasto, donde mis errores superan con creces a cualquier sonrisa que hubiere podido robar. Pero bueno, dicen que hay que conocer la oscuridad para poder apreciar la luz. Pero gracias a Dios (o al otro muchacho, nuestras opiniones pueden diferir) aquél 31 de Enero, ya tirando más bien hacia el principio del segundo mes, después de haber compartido risas y abrazos como antaño, te volví a encontrar en este camino de mi vida de una manera mil veces mayor: habiendo aprendido de todos y cada uno de mis errores. Y si, nada compensa esas noches de risas que se desvanecieron en un jamás, pero prometo muchos más momentos juntos, a tu lado sin importar si es en otro planeta, otra galaxia u otra dimensión. Prometo no dejar que en vuestro rostro vuelvan a faltar las risas. Prometo toda la contención que mis brazos puedan darte. Prometo todas las cálidas palabras que puedan acariciar tu corazón si alguna vez está dolido. Mas no puedo prometerte que voy a estar siempre, lamentablemente. Pero puedo prometerte que si alguna vez he de faltarte, no va a ser hoy, mañana, pasado, ni el día después, ni ninguno en un cercano futuro. Cada momento con vos es un tesoro que enterré demasiado tiempo. Vamos, que días como el de hoy pueden ser todos, de manera un poco menos elegante, pero definitivamente disfrutables. Una flaca como vos no se encuentra todos los días, y yo tengo la suerte de haberte encontrado después de perderte bajo una pared de concreto. Creo que no me queda mucho por decir, por eso no digo nada más que: te quiero, linda :)

Por puntos o por knockout

Nacer, crecer, comer, correr, jugar, gritar, hablar, querer, tirar, odiar, putear, tropezar, caer, pensar, decir, caminar, abrazar, enamorarse, besar, amar .... Morir. Extraño como la suma de acciones tan insulsas, tan cortas, tan repetitivas, nos llevan toda una vida realizar, repitiéndose, corrigiéndose, perfeccionándose y repitiéndose otra vez. Todo en un único camino dibujado bajo la ilusión del libre albedrío, bajo la idea de que somos nosotros quienes tomamos nuestras propias decisiones. Tal vez así sea, pero en mi estado actual, lo único que me ha sido demostrado, es que las decisiones ya están tomadas, solo nos falta vivirlas. Pero me estoy yendo de tema, a lo que iba. Como es que la suma de estas pequeñas acciones, pequeños momentos que pueden durar desde apenas unos minutos a horas y horas seguidas, nos alcanza para distraernos en el camino a esa última lucha, ése ultimo enfrentamiento en la vida de cada hombre. Es que esa lucha no es otra más que la Muerte. No importa que tan duro la Vida te haya golpeado, no importa si resististe un solo round, o 15 contra ella, no importa si perdiste por K.O o por puntos, el tema es que siempre vamos a perder. Pero en la vida de todo campeón, siempre hay una última pelea para pelear. Esa pelea que solamente nosotros vamos a ver, una pelea de uno a uno, una pelea donde no hay público, donde ganemos o perdamos, solo nosotros sabremos a donde estamos. Extraña manera de pensar, muchos dirán que estoy loco, pero aún así, no me importa, mientras pueda seguir sacando una sonrisa, mientras pueda hacer su pelea mas llevadera, mientras pueda alivianar su caída en su pelea contra la vida, les aseguro que mi propia pelea voy a asegurarme de llegar hasta los puntos. Y quien les dice, que incluso no le gane un par de rounds. Vida, vos me vas a ganar, pero te aseguro que no voy a caer sin pelear mientras tenga a mis amigos haciéndome de público. Con la suma de mis momentos pequeños, acciones rápidas e ilusas, sin ninguna finalidad, voy a llegar a donde quiero llegar: alcanzar la pelea contra la Muerte, pero siempre con estilo. Así que dale, golpeá, acá está mi cara, pero sabélo, vos vas a probar mi mano por cada vez que yo pruebe la tuya. Por cada sonrisa que logren mis amigos, ese es mi momento, en la felicidad de los demás, yace la mía.

Recuerdos de un Facebook ya olvidado

Son las 2:30 A.M cuando empiezo a escribir. Será mi primera nota que no sea una canción, y ojalá, no la última. Con caminos interminables en mi cabeza bajo el nombre de interrogantes, todos cruzados, todos conectados, todos tan sensibles a desmoronarse como una casa de cartas. Uno de ellos: religión. Todos conocemos mi lugar frente a la "religión colectiva", todos estamos al tanto de mis pensamientos hacia Dios, esa supuesta forma de amor que maneja el mundo. Honestamente, si este Dios es la imagen del amor, entonces ¿con que razón entregar un planeta tan perfecto como lo es el nuestro a una especie tan auto-destructiva como nosotros? ¿No será que este Dios tan humano que nos vendieron por milenios, no sea más que otra manera de justificar todos los actos oscuros del ser humano? Para mí, Dios no es sino un niño con una granja de hormigas, un nene sentado en una silla mirando un mundo en el cual no puede intervenir. Un mundo en el cual el sentirse iguales es sinónimo de sentirse menospreciado. Un mundo donde sus habitantes crearon una manera de hacer legal la destruccion de su propio planeta, de sus individuos. Un mundo donde, por supuesto, todo el mundo está disconforme con la organizacion, pero si ésta no estuviera ¿serían ellos capaces de sobrevivir sin aniquilarse los unos a los otros? ¿Serán ellos capaces de entender que al final, en el momento en que la muerte les de un último abrazo, no importa todo aquello que compraron, sino la capacidad de mirar hacia atras y decir: no me arrepiento? ¿Podrán entender que al final, todo termina en la nada, pero que aún así, es su magnífica capacidad de adaptación aquello que defina sus últimos momentos? Porque la felicidad no tiene un sólo camino, porque nada tiene un sólo final, porque al final todo se resume a una decisión: ¿qué es lo que buscamos? ¿Paz o libertad? Y porque no importa que nos digan que hay que temerle a la muerte, al final, en ese largo camino hasta la eternidad, ella es nuestra única amiga. Porque no importa que tanto lo creamos, nada realmente termina. Son las 2:49 A.M cuando termino. Mell me contesto algo en el msn, ya le contestaré. Por ahora, estoy libre.